El proceso de vacunación contra la covid-19 en España se ha convertido en un desastre sin atenuantes. El retraso en la aplicación de las vacunas está directamente vinculado a dos hechos: la desorganización y lentitud por parte de las comunidades para desplegar sus planes con eficiencia. La falta de vacunas disponibles que es atribuible a la incapacidad de la Comisión Europea.
Mientras tanto el Gobierno ha sido incapaz de establecer un comando único en la “guerra” contra la covid-19 y cada comunidad fija su criterio. Los datos aportados siguen siendo poco fiables. De acuerdo con las cifras del Ministerio de Sanidad al 16 de abril el porcentaje de personas vacunadas en el país era del 19% del total pero sólo el 7% de la población ha recibido el tratamiento completo a esa fecha. Mientras tanto de las vacunas totales compradas sólo han llegado al país el 14,7%, y esta cantidad está prácticamente administrada. Que ahora se pueda sostener el ritmo depende de que no haya fallos en la cadena de suministro. ^Por su parte las farmacéuticas se enriquecen al amparo de los gobiernos.
La cuestión es facturar
La Semana Santa mientras tanto ha puesto en evidencia que el objetivo central del Gobierno y de las comunidades autónomas es “salvar” la economía y no a los trabajadores españoles. Mientras dentro de muchos países de la Unión Europea (UE) hay restricciones a la movilidad, e incluso confinamiento, por otro lado se puede salir al exterior para hacer turismo a países que también tienen restricciones para sus ciudadanos pero no para los extranjeros. Es así como entre turistas extranjeros y la población local las playas estuvieron abarrotadas de gente en toda España, los bares y la restauración trabajaron sacrificando las medidas de seguridad sometiendo a sus trabajadores a un riesgo alto de contagio y se hizo la vista gorda respecto de la mayoría de las restricciones. El único plan del gobierno central y las autonomías era conseguir que los empresarios facturaran. El resultado está a la vista y la incidencia acumulada está creciendo de forma acelerada llegando a los 213,05 casos por c/100.000 habitantes el viernes 16, con algunos puntos negros como Madrid donde la incidencia subió hasta los 372,6 /100.000 y creciendo.
Mientras tanto los planes de vacunación se han ido incumpliendo sistemáticamente, como todos los que tienen que ver con la pandemia. A la fecha ninguna comunidad ha cumplido el plan de vacunación de los mayores de 80 cuando ya para estas fechas deberían estar todos vacunados y solo hay tres regiones que ya han inmunizado a más de la mitad de sus mayores de 80 años con pauta completa, es decir, con las dos dosis: Ceuta (60%), Andalucía (59,5%) y Cantabria (54%). En el otro lado de la lista, las que más retraso llevan son País Vasco (24%), Baleares (25%) y Navarra (33,1%). Pero es de observar que comunidades como Valencia, Baleares y La Rioja han administrado el 94% de las dosis recibidas. Es decir que no hay dosis suficientes para avanzar en la vacunación. En el otro extremo País Vasco sólo ha administrado el 79,3% de las dosis recibidas.
A España solo ha llegado el 14,7% de las vacunas compradas, y cada Comunidad va a su bola en cuanto a vacunación y controles de movilidad. Recién a finales de marzo el gobierno cayó en la cuenta de que va tres meses por detrás de los planes de la UE y se aseguró una mayor provisión de dosis, pero está a la vista que no va a lograr su objetivo de tener el 70% de la población vacunada en junio y que eso supone otra temporada de verano malograda.
Ni hablar de la situación de la sanidad pública que luego de un año largo de pandemia lejos de mejorar ha empeorado. Perdida la temporada de Semana Santa el siguiente objetivo, salvar la temporada de verano, no se alcanzará mientras ya se habla de la cuarta ola antes de saber las consecuencias reales de Semana Santa. Al ritmo actual se alcanzaría el objetivo en un año y medio. El problema es que las cepas mutadas ya están avanzando y el efecto de las actuales vacunas podría no servir, con lo cual el contador volvería a cero. Mientras, el gobierno y los medios siguen atribuyendo la responsabilidad de los contagios a la población para ocultar la propia.
El presidente Pedro Sanchez ha decidido entrar de lleno a la campaña electoral de Madrid con una conferencia de prensa el 6 de abril, prometiendo a diestra y siniestra un plan que supone multiplicar por 4 el ritmo de vacunación, si es que hay vacunas disponibles. Le falta explicar cómo va a cumplir esas promesas, máxime cuando ya había incumplido las mismas meses atrás. Aunque ya no se dice que el 70% estaría vacunado para junio, como señaló la ministra de sanidad, ahora se traslada el objetivo a agosto con el 75% de vacunados para esa fecha, o sea 33 millones de personas, y todo el que lo desee para finales de octubre, sin más explicaciones. Mientras tanto en las aplicaciones que indican las fechas probables de vacunación los menores de 40 años no serán vacunados hasta enero del 2022.
Caos y fracaso de los planes sanitarios
Sánchez sólo ha culpado a Astra Zeneca por la demora en las entregas de vacunas, pero esto ya es moneda corriente en las entregas de las distintas farmacéuticas en la UE en general. El mundo está en manos de 4 o 5 farmacéuticas que deciden cómo, cuándo, en qué condiciones y a qué precio distribuyen las vacunas. Según Sánchez España recibirá 87 millones de dosis de distintas vacunas entre abril y setiembre, pero de momento las cifras cantan. El gobierno central salió a criticar al gobierno de Madrid por sus negociaciones para adquirir la vacuna rusa Sputnik pero carece de un plan B si no llegan las vacunas de la UE.
Mientras el ritmo de vacunación en Semana Santa se desplomó y los controles no impidieron movimientos masivos de turistas en una cuarta ola que sigue con improvisaciones, marchas y contramarchas y sin un plan sanitario centralizado. Sánchez no explicó cómo multiplicará el ritmo de vacunación, hay países en los que se vacuna en farmacias, en supermercados… y aún así no terminaron de completar el plan. ¿Cómo lo hará el gobierno? Hasta ahora no se sabe. https://www.vozpopuli.com/espana/sanchez-vacunas-mayo.html
Un día después de la conferencia de prensa de Sánchez Castilla y León ha tomando la decisión unilateral de suspender la aplicación de Astra Zeneca por precaución, luego el gobierno cambia nuevamente el plan en la aplicación de esta vacuna, aunque cada comunidad tiene un criterio propio. Díaz Ayuso se opone a suspender su aplicación porque se apoya en que la EMA (Agencia Europea del Medicamento) sostiene que es segura. Mientras en un principio se aplicaba a una franja de personas entre 18 y 60 años, ahora, semanas después, se la eleva a una franja de entre 60 y 69 años. Una decisión unilateral de la ministra de Sanidad, Carolina Darias, aceptando las recomendaciones de sus consejeros de aplicarla sólo a partir de los 60 años. A esto hay que agregarle la suspensión de la vacuna Janssen en EEUU que ha provocado el retraso de su distribución en Europa.
Levantar el Estado de Alarma es desatar los despidos
Sánchez, en un discurso pródigo en promesas, planteó su intención de no prorrogar el estado de alarma cuando venza el 9 de mayo. ¿Qué va a pasar con el denominado “escudo social”, los ERTE que ya se están convirtiendo en ERE, por dar un ejemplo, con 5 millones de parados ya? Levantar el estado de alarma no va a significar que termine la crisis económica, por el contrario es soltar el freno para que esta se descargue con toda su fuerza contra los trabajadores, que es finalmente lo que pide la banca, la CEOE y la UE. Es una forma indirecta de autorizar los despidos porque sin Estado de Alarma no se pueden prorrogar los expedientes transitorios de regulación de empleo diseñados para hacer frente a la crisis de la covid-19. El Ministerio de Trabajo dice estar negociando los nuevos ERTE, pero alrededor de ese objetivo hay una lucha a muerte dentro del gobierno.
Ya en verano se había puesto fin al primer estado de alarma con la “nueva normalidad” que se había declarado el 14 de marzo, aunque en octubre se volvía a declarar la alarma ante la devastadora segunda ola. Es decir que el eje de todas estas improvisaciones es poner cuanto antes la actividad productiva en pie a costa de la vida de los trabajadores para un capitalismo asfixiado.
La campaña del gobierno y de su ala izquierda, UP, adjudicando todos los males en la gestión de la pandemia a las comunidades gobernadas por la derecha (Madrid, Andalucía) ya no cuela, en primer lugar porque el gobierno no tiene excusas para no intervenir en las comunidades donde se pone en riesgo la vida de las personas, no sólo de esa comunidad, sino de todo el estado. En segundo lugar el gobierno central no puede mostrar después de un año de gestión de la pandemia que haya avanzado en fortalecer la sanidad pública en ninguno de sus aspectos. En su descargo señala como culpables a las comunidades autónomas que tienen delegada la sanidad pública. Por el contrario el negocio de la sanidad privada ha avanzado a costa de vidas y de la salud de la población más desprotegida https://actualidad.rt.com/actualidad/382227-negocio-sanidad-privada-espana-pandemia en todas las comunidades autónomas porque el entramado legal que lo permite sigue en pie gracias a la ley 15/1997 que permite la gestión privada de los centros sanitarios públicos pactada por el PSOE y el PP junto con otros partidos como Convergencia i Unió y el PNV.
Campaña y contradicciones
La campaña electoral de Madrid refleja las contradicciones tanto del gobierno como de las fuerzas políticas opositoras. Fernando Simón, director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias del Ministerio de Sanidad, desmiente los datos del presidente Sánchez y el candidato del PSOE a la Comunidad de Madrid, Ángel Gabilondo, hace declaraciones que contradicen al gobierno en materia de impuestos, o sobre el levantamiento o no y en qué condiciones del estado de alarma. Es un cuadro que desnuda a un gobierno ante un callejón sin salida. Las ayudas de la UE no llegan y queda claro que las condiciones a las que estarán sujetas cuando vengan van a ser dramáticas para las y los trabajadores porque ese dinero irá para sostener a las grandes empresas.
Las ayudas estarán condicionadas por reformas para pensionistas y clase obrera. En este cuadro la oposición no tiene una salida distinta, simplemente se trata de distintos grados para aplicar el mismo plan y una lucha para ver quién será rescatado y quien no con las ayudas. Sobre este tema el presidente ha anunciado con bombos y platillos el desarrollo de la industria del automóvil eléctrico, o sea una nueva inyección de dinero a las automotrices, algunas de las cuales ya han transformado los ERTE en ERE sin devolver las ayudas que recibieron, como es el caso de Nissan. Mientras tanto la banca anuncia más de 7.000 despidos que está negociando con los sindicatos, y se siguen sumando empresas en crisis a los despidos como el caso de Tubacex en el País Vasco.
Por otro lado no se informa sobre la situación en los institutos de enseñanza que son otro de los focos de contagio importantes y en muchos países de Europa y del resto del mundo ha provocado el cierre de las clases presenciales. En España los contagios en los colegios se los computa como dentro del entorno familiar mientras al personal de enseñanza no se le suministra los mínimos elementos de protección, otro tanto sucede en los centros de trabajo y en el transporte sobre los que simplemente no hay datos. Mientras los costes de la crisis marcada por la pandemia la siguen pagando las y los trabajadores con su vida, con su salud y con su bolsillo. https://independenciaobrera.org/hacienda-saquea-a-los-trabajadores-el-gobierno-quiere-disfrazar-el-atraco-fiscal-con-el-aplazamiento-del-irpf/ Las trabajadoras y trabajadores de la salud en primer lugar, junto con el resto de la clase obrera tienen que tomar en sus manos la lucha contra la pandemia y la crisis económica.
El desastre europeo
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) el ritmo de vacunación en Europa es “inaceptable” y la situación es “grave” contabilizando 9.500 casos por hora, con lo cual una de las prioridades de las campañas de vacunación que es “más cuanto antes” para evitar no sólo muertes sino que las nuevas cepas mutadas se extiendan, no se cumple. A las idas y vueltas con Astra Zeneca se le suma la suspensión de la vacunación con Janssen en Estados Unidos y como consecuencia se retrasa su distribución en Europa.
La situación en los distintos países europeos, para tomar como ejemplo los más desarrollados, Francia y Alemania, no mejora. En Italia el gobierno incautó un cargamento de 250.000 vacunas destinado a Australia porque el fabricante había incumplido los suministros con la UE. Otros 29 millones de dosis de vacunas que tenían como destino el Reino Unido se quedarán en Europa. ¿Cómo se explica el retraso de la vacunación en una región donde se han producido más de medio millón de muertes? Una de las regiones más ricas del planeta y de mayor desarrollo industrial y científico.
La Organización Mundial del Comercio (OMC) se opuso a la liberación de las patentes que pedían Sudáfrica y la India para la fabricación de las vacunas. ¡El gobierno “más progresista de la historia de España” también se opuso! Mientras Europa no dispone de las suficientes vacunas y las que hay no son aplicadas con la celeridad que merece la situación, la UE mantiene la restricción de comprar las vacunas rusa y china protegiendo los capitales farmacéuticos. Una prohibición que ya se la han saltado 5 países europeos. El primero en hacerlo fue el gobierno de Hungría con la compra de 2 millones de dosis de la vacuna rusa Sputnik V.
Rapiña capitalista
Pero lo cierto es que todas las vacunas se han desarrollado sobre la base de dinero público y mediante la apropiación por parte de las farmacéuticas de la investigación y el conocimiento acumulado por la actividad científica que es patrimonio de la humanidad y no del capital. Una cadena de expropiaciones: de los capitales públicos que representan el expolio fiscal de los trabajadores y de los conocimientos científicos que pertenecen a la humanidad cedidos a las farmacéuticas para que acumulen beneficios a expensas de la salud de la población mundial.
Por añadidura los laboratorios vendieron más vacunas que las que podían entregar, por lo que las fábricas no podían cumplir con los compromisos. Crearon de esta forma una escasez artificial y lo producido iba a los que ofrecían mejores precios, y muchos de los compradores a su vez revendían a otros países. Estos son algunos ejemplos del expolio desarrollado con las vacunas que sigue a la guerra por las mascarillas e insumos sanitarios necesarios para combatir la pandemia.
Parte de esta situación es el escándalo que saltó ante el incumplimiento de las entregas de vacunas en Europa como el caso de Astra Zeneca, al destaparse que los contratos firmados por los distintos gobiernos sobre plazos de entrega, precios, e información sobre efectos secundarios eran secretos. Los contratos tienen cláusulas de confidencialidad que ocultan la verdad a la ciudadanía, https://www.bbc.com/mundo/noticias-internacional-55804567, pero lo que si se sabe es que los laboratorios quedaron exentos de responsabilidad en caso de efectos nocivos de las vacunas.
Tras un año largo de pandemia la situación global lejos de estar normalizándose es cada vez más caótica, con pocas excepciones. Las olas con virus mutados se están adelantando al ritmo de las vacunaciones en todo el mundo con lo que las actuales vacunas quedarían sin efecto ante las nuevas cepas.
Contrariamente a lo que se pretende, la “guerra” contra la pandemia no tiene un comando unificado sino que por el contrario la pandemia alimentó de forma desmedida la competencia entre capitalistas y una crisis económica que ya se había declarado anteriormente. Los controles de movilidad, las medidas mínimas de prevención, la inversión en los sistemas públicos de salud, las ayudas para paliar los efectos económicos sobre las y los trabajadores son un verdadero caos y chocan con la necesidad de mantener en funcionamiento la economía a costa de la salud y la vida de la población.
Sólo el caso de Brasil cuyos habitantes representan el 3% de la población mundial y acumula el 10,3 % de muertos por COVID en el mundo y el 9,5 del total de contagiados es una amenaza a toda la población mundial. Pero se debe tener en cuenta que Brasil ocupa el tercer puesto detrás de EEUU y la India. https://tn.com.ar/agencias/efe/2021/03/11/brasil-tiene-el-3-de-poblacion-mundial-pero-el-10-de-muertos-por-covid
Esta situación revela que el problema de la pandemia es parte indisoluble del sistema económico y social: el capitalismo. Es éste el que provocó la aparición del virus y su incapacidad de contenerlo, no ya por la falta de vacunas y su distribución sino que todo está supeditado a una regla de oro del capitalismo: la necesidad de seguir generando ganancias, dentro de lo que entra la fabricación y ventas de vacunas, sin detener la economía, cueste las vidas que cueste. La salida que presentan ahora los distintos gobiernos es la vacunación generalizada, pero al mismo tiempo ponen de manifiesto en sus actos que son incapaces de hacerlo. Estamos ante un argumento falso para justificar la apertura de la actividad económica.
Países como EEUU o el Reino Unido que han vacunado a un alto porcentaje de su población no han logrado bajar el grado de contagios ni de muertes, porque la lucha contra la pandemia se debe hacer de forma integral. La vacuna no es suficiente. Es necesaria la prevención, el cierre de los centros de trabajo no esenciales y los centros educativos, el sostenimiento económico de la población trabajadora mientras no pueda trabajar, la distribución gratuita de los elementos de protección, la puesta al servicio de los trabajadores de la salud de los centros sanitarios privados, la liberación de las patentes y la expropiación y puesta en funcionamiento bajo el control de los trabajadores de las farmacéuticas.
La lucha contra la pandemia es la lucha contra el capital. El capitalismo es incompatible con la vida humana y con la de todas las especies sobre la tierra.