El día 30 de enero se realizó la huelga en el País Vasco y Navarra “por salarios, pensiones y vida digna” con un programa que reproduce el levantado por las distintas plataformas y asambleas de pensionistas:
Derogación de los recortes de las pensiones aprobados en las reformas de 2011 y 2013:
Jubilación a los 65 años.
Jubilación anticipada a los 61 años con 30 años de cotización. Reducción de los coeficientes reductores.
Extensión de la reducción de la edad de jubilación a nuevos sectores por su naturaleza especialmente penosa y peligrosa, como el transporte.
Tomar 15 años en consideración para calcular la pensión.
Garantizar el poder adquisitivo de las pensiones (subida por lo menos en torno al IPC).
Eliminación del factor de sostenibilidad de las pensiones.
Otras medidas sobre pensiones:
Pensión mínima de 1.080 euros.
Garantizar la financiación del sistema de pensiones vía cotizaciones sociales e impuestos.
No penalización del cómputo de cotizaciones en los contratos a tiempo parcial. Cómputo de día trabajado igual a día cotizado.
Dejar sin efecto las reformas laborales de Zapatero y Rajoy:
Ultraactividad indefinida de los convenios colectivos.
Garantizar la prioridad aplicativa de los convenios territoriales sobre los estatales.
Impedir que un convenio de ámbito inferior pueda empeorar las condiciones de uno de ámbito superior.
Dar marcha atrás en los recortes de los derechos laborales.
La huelga tuvo un amplio seguimiento a pesar de la campaña de de CCOO-UGT, de los medios de comunicación, de Podemos y de la COESPE (Coordinadora Estatal de pensionistas), de Unidas Podemos y del sindicato anarquista “alternativo” CGT que esta vez se unió al coro oficial con los mismos argumentos
Como señaló un periodista, la huelga fue todo un hito ya que por primera vez en muchos años los sindicatos, los vascos ELA y LAB y otros, toman la iniciativa convocando trabajadores en activo con pensionistas y otros colectivos como estudiantes, feministas, LGTBI, etc, llamando a la huelga en defensa de las pensiones.
Según la información periodística la huelga se cumplió en un 30% en las empresas, 65% en educación, 90% en las universidades. También informa que en las 4 capitales del País Vasco y Navarra pero también en otras localidades hubo concentraciones que sumaron entre todas 150.000 personas y 150 piquetes de huelga.
Mientras el gobierno crea una cortina de humo con medidas cosméticas para que le den una apariencia de gobierno progresista, la huelga en el País Vasco y Navarra puso sobre la mesa los reclamos de los pensionistas y los trabajadores con sus propios métodos históricos con los que se consiguieron nuestros derechos, contra la política de la izquierda institucional que pretende encerrar las luchas dentro del parlamento para que ahí se extingan.
La huelga obligó a un debate entre los activistas, organizaciones de izquierda y sindicales sobre cual es el camino ante el gobierno de izquierda del Psoe-Unidas Podemos, pero principalmente entre las organizaciones de pensionistas que han protagonizado importantes movilizaciones en las principales ciudades y una gran concentración estatal el 16-O en Madrid. La lucha de los pensionistas es una gran amenaza para los planes del gobierno de privatizar las pensiones, objetivo que fue refrendado en la firma de acuerdos con la UE y la banca.
La huelga contra la reformas en las pensiones en Francia, que lleva meses, es un anticipo de lo que se viene, la lucha de los pensionistas y su organización asamblearia sin control de ninguna dirección sindical ni partidos políticos, la mayoría nucleados en la COESPE, es una seria amenaza para los planes del gobierno. La institucionalización y la división del movimiento para integrarlo al aparato del estado es una tarea imprescindible para que avance la privatización de las pensiones.
Dentro de la COESPE se está librando un debate sobre el camino a seguir que culminaría en la lV Asamblea estatal, un debate que ha generado una crisis sobre qué debe ser la COESPE y hacia dónde debe ir, es un debate que comienza a recorrer a todas las organizaciones sindicales y de lucha, como por ejemplo este 8M la mayoría de las organizaciones feministas, sindicatos y Unidas Podemos no se plantean realizar una huelga, como años anteriores, expresando una política opuesta a la lucha, una línea afín al gobierno.
La huelga del País Vasco ha irrumpido en este aspecto de una manera contundente, numerosos activistas se pronunciaron en su apoyo y expresaron que ese es el camino que deberían seguir todos los pensionistas y trabajadores.
Los argumentos contra la huelga era que esta era convocada por los sindicatos nacionalistas vascos y que dentro de sus objetivos está dividir la caja única de las pensiones a favor de una vasca. Ninguna de esas cuestiones estaba planteada en la convocatoria, fueron burdas mentiras para ocultar su apoyo al gobierno que fue lo que esta huelga puso al descubierto. En todo caso lo correcto hubiese sido criticar pero dentro de la convocatoria y no desde la acera de enfrente.
Llamaba la atención que mientras las direcciones de “izquierda” repetían los argumentos de las direcciones de CCOO-UGT contra la huelga, era desde las bases que salían los apoyos y las críticas hacia la posición oficialista, lo cual lleva a una primera reflexión: hacen falta direcciones independientes del estado, de los partidos patronales (sean de izquierda o de derecha) y de las burocracias traidoras de las centrales sindicales.
Los trabajadores vascos del metal protagonizaron hace pocos meses una importante huelga
que logró hacer retroceder a las patronales del sector, hoy siguiendo ese camino los pensionistas junto a los trabajadores vascos han clavado un jalón en la lucha contra la privatización de las pensiones por la defensa de los derechos de los trabajadores siguiendo el camino de los trabajadores franceses y de América Latina.
En distintas ciudades se realizaron actos de apoyo a la huelga que, aunque minoritarios en general, sirvieron para darle difusión, romper el cerco oficial y ampliar su significado. Frente a los que decían que el apoyo o no a la huelga rompía la unidad, hay que aclarar que lo que nos interesa es la unidad en la lucha contra los que nos quieren arrebatar nuestros derechos, es decir: contra la unidad con nuestros opresores, sean de izquierda o derecha.