A LA HUELGA GENERAL POR LA SANIDAD Y LAS PENSIONES, CONTRA LOS PRESUPUESTOS DE GUERRA

El pueblo de Madrid se ha volcado nuevamente a las calles el pasado domingo 12 de febrero para repudiar la política de destrucción de la sanidad pública en beneficio de la privada impulsada por la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso del Partido Popular. Una movilización que superó la también masiva del 13 de noviembre, surgió desde abajo, desde los barrios y desde los colectivos sanitarios que están luchando por sus reivindicaciones y en contra de la privatización de la sanidad. El mismo día 12 en Galicia también se convocó a una manifestación en defensa de la sanidad pública, en la que participaron decenas de miles de personas colapsando la plaza del Obradoiro de Santiago de Compostela.

Ni las direcciones de las centrales burocráticas de CCOO y UGT ni de los partidos de gobierno PSOE y Unidas Podemos aportaron ningún esfuerzo a su éxito, aunque se hicieron presentes tratando de capitalizar la lucha para fines electorales. Por otro lado, siguen sosteniendo la ley que abrió la privatización en la sanidad la 15/97 y la ley del “neoliberal” Escrivá que profundizó el proceso de privatización de las pensiones bajo el pretexto de una reforma progresiva votada por Unidas Podemos y los socios de investidura, los partidos nacionalistas.

También participaron sindicatos alternativos como CGT, CoBas, etc. sin embargo nadie quiere saltar el cerco para proponer la unidad de todas las luchas de sanidad a nivel estatal hacia una huelga general. A estas alturas de la movilización todos los sectores laborales en la sanidad participan del movimiento de huelgas parciales y manifestaciones callejeras. El movimiento de huelga se ha extendido al menos a 7 comunidades autónomas.

La clave para que esta lucha no sea desviada hacia los intereses electorales de los partidos que ahora quieren tomar por asalto al movimiento es precisamente unificar las luchas y confluir en un movimiento de huelga general nacional. Esta es la forma de romper con la pretensión de explotar de forma electoral esta lucha imponiendo el método de lucha por excelencia del movimiento obrero: la huelga general.

No a las ilusiones sí a la huelga general

Aquí es donde se juegan las ilusiones democratistas que quieren hacernos creer que, si el PSOE con Unidas Podemos, o solo, se mantienen en el gobierno la crisis de la sanidad pública se va a resolver. La falsedad de esa propuesta es evidente. El PSOE gobernó Andalucía durante 30 años e impulsó la privatización de la sanidad igual que el PP. O ahora nos vamos a olvidar que una importante huelga de médicos en Sevilla y Granada precedió a la caída de la presidenta socialista Susana Díaz. El deterioro sanitario andaluz no es de ayer, es el resultado de décadas de abandono. Lo mismo ocurre con Catalunya, verdadera punta de lanza de la privatización sanitaria.

El gobierno está embarcado en la guerra de la OTAN y sus presupuestos van dirigidos a sostener esa guerra en sincronía con la UE y del imperialismo norteamericano pagados con el dinero público, es decir de los trabajadores, mientras defiende las formidables ganancias obtenidas por la banca y las grandes empresas. El gobierno que ahora dice de forma oportunista que apoya la lucha de los sanitarios para llevar votos a su caudal electoral no ha tocado la ley 15/1997 que es la que precisamente permite los procesos de privatización sanitaria. Hay un vínculo directo entre la guerra de la OTAN y el mantenimiento de las leyes privatizadoras y las reformas contrarias a los intereses de los trabajadores.

La banca, las compañías de seguros y los pulpos de la sanidad necesitan apropiarse de la gestión de las pensiones y del sistema sanitario para paliar los efectos de la crisis capitalista en sus cuentas de resultado convirtiendo en mercancía la salud y las pensiones. Al igual que el imperialismo empuja el frente de lucha hasta las fronteras de Rusia con el objetivo de apropiarse del espacio económico de ese país y de Asia Central. Está en juego la propia supervivencia del imperialismo inmerso en una profunda crisis histórica del capital.

Sí a la lucha de clases, no a las maniobras electorales

Por esto la lucha por la defensa de la sanidad pública, por el sistema público de pensiones, por la educación, y por todo lo público adquiere un carácter estratégico. La dirección de la huelga de médicos de Madrid anunció que mantenía el movimiento de fuerza con paros de dos horas por turno a partir del 13 de febrero y llamó a la población de los barrios a concentrarse frente a los Centros de Salud en esos horarios. Esto indica que la lucha se mantiene firme y este es el contexto en el que hay que dar la batalla por la derogación de la ley 15/97, hay que derrotar a los intereses que la mantienen vigente mediante la lucha de clases.

Mientras Ayuso acusa de que la formidable movilización en Madrid es parte de la campaña electoral, sus adversarios acusan al PP del proceso de privatizaciones. Tanto unos como otros tratan de ocultar el verdadero motivo de las huelgas y movilizaciones de los trabajadores sanitarios. Tanto la izquierda en el gobierno como el PP y la ultraderecha de Vox pasando por los partidos nacionalistas están de acuerdo con el plan de privatizaciones, es decir todo el arco parlamentario.

El capitalismo en descomposición y el régimen monárquico franquista en España no ven otra salida que la guerra y el ataque a los trabajadores para sostenerse. Las movilizaciones que se están desarrollando en España y en el resto de Europa tienen un común denominador, aunque por ahora no se haga explícito, los ataques contra las condiciones de vida de los trabajadores están destinados a sostener la guerra y rescatar de una crisis irreversible los intereses del capital en cada país.

Las futuras movilizaciones deberán contemplar incorporar consignas contra la guerra, contra la OTAN y los gobiernos involucrados. Por la unidad de los trabajadores de Europa incluidos los de Ucrania y Rusia contra la guerra.

El planteo de la huelga general es la línea divisoria entre los defensores del régimen de la guerra y las privatizaciones y de los que luchan por defender los derechos de los trabajadores y contra la guerra.

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