(por Jorge Altamira de Política Obrera de Argentina)
Milei no ha instalado en Argentina un régimen político fascista, ni tampoco ha desarrollado un movimiento de masas de características fascistas, ni tampoco podría hacerlo mientras confisca a jubilados y asalariados en escala histórica. Pero es absolutamente indudable que es un agitador fascista internacional. Desde el inicio de su mandato, en el coloquio de Davos, produjo un discurso inequívocamente fascista. Inició, lo que luego repetiría sin pelos en la lengua, el llamado a “destruir” al ´socialismo´; del otro atacó a la elite financiera internacional, por albergar a la socialdemocracia bajo el manto de la democracia burguesa y recurrir a ella como alternativa de gobierno. Es el único, de los brotes fascistas que buscan abrirse paso en el mundo, que se ha dedicado a una campaña internacional. En cuanto a la política exterior de Argentina, produjo un cambio enorme en la diplomacia del país al apoyar la masacre del sionismo en Gaza y en votar contra la admisión de un estado palestino.
Milei es el único jefe de Estado que fue a España a apoyar la campaña de la corriente ultra-franquista, Vox, para las inminentes elecciones europeas; la italiana Meloni y el húngaro Orban lo hicieron por Zoom. Fue el único también que se metió en las cuestiones del Estado español, mediante un ataque furibundo a las nacionalidades del estado y la defensa del Estado centralista. Repitió, de este modo, el programa histórico del franquismo – la variante española del fascismo de los años 30 del pasado siglo. Dedicó un lugar fundamental a rechazar el derecho al aborto y al divorcio – un tema irrenunciable del fascismo para reencarcelar a las mujeres en las labores domésticas. Sin embargo, en lugar de señalar el contenido fundamental del discurso, los medios de comunicación y la diplomacia internacional atendieron a los agravios que lanzó contra la esposa de Pedro Sánchez, el presidente del Gobierno. El agravio personal es un componente irrenunciable de la agitación fascista, que apunta a desarrollar un clima de guerra civil y la eliminación física de los adversarios. Consciente de la fragilidad de su base política en Argentina, Milei procura el apoyo de una Internacional Reaccionaria. En definitiva, Milei salió del país sin autorización constitucional del Congreso (lo cual constituye un abandono del cargo) y viaja con dinero público por razones no estatales adonde le canta, pero fue a denunciar la corrupción en España. Un Ejecutivo que se maneja sin Presupuesto, como ocurre con Mlei, es un enorme agujero negro de la corrupción. La consigna “no hay plata” cumple la función de sobornar a quienes necesitan de ella – sea gobernadores o empresarios. Esto se ve con claridad en el manejo de la deuda pública, que tiene la garantía del Banco Central, o con las distribuidoras de electricidad, por medio de Cammesa.
Vox recibió saludos desde varios espacios políticos, como fue el caso de Trump, en contradicción con el partido Republicano de Estados Unidos, qua apoya al pseudo partido de centro-derecha, el Popular, otra variante del franquismo. Lo más destacado fue, por supuesto, la presencia de representante del Likud, el partido de Benjamín Netanyahu. La unión del franquismo, históricamente antisemita, con el sionismo ha sido un verdadero ‘hit’. El escenario de Vox puso las cosas en el lugar en que están – que el antisemitismo internacional es un aliado del sionismo.
Milei tiene sus ‘originalidades’, pero no es un producto original; es una segunda o, más bien, una tercera marca. Trump y Bolsonaro ya han operado en una escala más vasta. Lo que tienen en común es su condición de burgueses o pequeños burgueses marginales, que se valen, a diferencia de los políticos tradicionales, de una agitación política dirigida a sectores desclasados o temerosos del desclasamiento. Lo peculiar de Milei es que constituye un fascismo ‘cipayo’, cuyas metrópolis son Nueva York (y Houston, Texas) y Londres (no Buenos Aires). En circunstancias excepcionales de crisis, este fascismo ‘globalizador’ podría apelar al nacionalismo, pero no es por supuesto lo que ocurre ahora, cuando el plan ‘licuación’/confiscación apunta a pagar la deuda en dólares o privilegiar, por medio de una ley, el régimen de grandes inversiones.
Una necesaria mirada de conjunto a las aventuras agitativas de Milei, revela que es funcional a la guerra mundial que libra la Otan en Europa, Medio Oriente y Asia Central. Milei se ha ido de boca en España en momentos en que el presidente de Francia, Emmanuel Macron, y el jefe del estado mayor del Pentágono, Charles Brown, convocan a enviar tropas de la Otan a Ucrania. Milei es un títere de estas fuerzas internacionales.