La guerra en Ucrania y la escalada militar del estado sionista contra el pueblo palestino y Líbano han sufrido un giro político de magnitud. El pivot de este giro, largamente preparado por “los servicios de Inteligencia de Turquía, Ucrania y Francia, con el apoyo de Israel y la aprobación de Estados Unidos” (Naked Capitalism, 2/1) es el presidente turco Recep Tayyip Erdogan. En efecto, la ofensiva lanzada el 27 de noviembre pasado por la milicia islámica Hayat Tahrir al Sham (HTS), junto al Ejército Nacional Sirio, respaldado por Turquía, contra el territorio de la República Siria, representa un golpe a la retaguardia de Rusia, comprometida en la guerra contra la OTAN en Ucrania. El HTS y ENS ocuparon en 72 horas la ciudad de Aleppo, la segunda en importancia de Siria, y en poco tiempo lo hicieron con Hama, para continuar hacia Homs, la puerta de entrada a Damasco, la capital del país (que cayó en manos de sus tropas en la madrugada del domingo 8 de diciembre NdR).
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