La expulsión del ministro de Finanzas, Christian Lindner, por parte del primer ministro, Olaf Scholz, ha puesto fin al gobierno de Alemania, que ahora se debate en otra crisis acerca de la fecha de convocatoria de nuevas elecciones. Mientras que el diseño de Scholz es presentar un voto de confianza en enero, para que su rechazo habilite los comicios para marzo, una mayoría de partidos y la Confederación de la Industria reclaman acelerar el proceso, para que se pueda votar en enero. De otro modo, el parlamento alemán debería votar el Presupuesto 2025 de Scholz, que es el punto inmediato de toda la discordia.
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